LA TREGUA Y LA MUNICIÓN

La Sociedad Deportiva Logroñés retornó a la senda del triunfo en tierras sorianas. Los blanquirrojos se llevaron los tres puntos del Nuevo Estadio de Los Pajaritos merced a un ejercicio combinado de eficacia extrema y resistencia férrica.

Soria fue testigo de cómo una teoría saltaba por los aires. Se trata de aquella, -insinuada por algunos- que apuntaba a una supuesta indolencia de aquel que tiene la barriga llena. Conseguido el objetivo principal de la temporada –la permanencia-, acudieron voces a explicar errores propios del juego achacándolos a la distensión del saciado. Nada más lejos de la realidad. Los rivales también ambicionan metas y plantean retos, pero este equipo ya está claro que no va a firmar la tregua sin agotar la munición.

Comenzó el choque en tierras sorianas con un cuadro local más incisivo y guerrillero. Las escaramuzas se localizaron en la banda derecha donde Íñigo Muñoz superaba con facilidad a su par para crear peligro. Al minuto 4 llegó el primer sofoco para los de Llona con un balón cruzado de Muñoz que Mario Barco no llegó a enganchar en el segundo palo. Fue aviso de más emboscadas. Tan sólo dos minutos después, Barco, de nuevo, mandaba un balón a visitar el larguero tras una asistencia en área pequeña de Rubén Mesa. Dos claras para agitar los biorritmos riojanos.

Entendieron los de Llona que la protección esférica sigue siendo refugio seguro y desde allí perpetraron incursiones a los espacios entre líneas con transiciones verticales. En una de ellas hubo premio. Centro medido de Madrazo al segundo palo y remate canónico de Ángel Sánchez -cruzado y al verde- para hacer inútil la estirada de Ayensa- 0-1.

El gol se presentó como un golpe en la mandíbula para el Numancia que dibujó un escorzo hacia la lona minutos después con el ingenuo penalti de Pol a Madrazo. Lo que en vivo parecía un empujón mínimo en la repetición se confirmó como un atropello con pisotón claro y una pena máxima bien señalada. Unzueta no modificó liturgia y mandó balón a la izquierda y portero al lado contrario. 0-2.

El segundo gol trajo un cargamento de interrogantes a un equipo, el soriano, ya bastante confundido tras sus dos ocasiones marradas al inicio del choque. Descifrar lo que señalaba el marcador no era tarea fácil y llegó el descanso con los blanquirrojos afirmados en su idea y los numantinos intentando no ahogarse definitivamente en el mar de dudas.

La segunda parte se inició con un triple cambio local. Iñaki Bea se abrazó al tronco para agitar el árbol y confió su suerte a jugadores ofensivos y con desequilibrio como Carrillo. El 10 protagonizó todo el desempeño ofensivo de los rojillos en los siguientes minutos y el premio llegó a balón parado. Falta provocada por el propio Carrillo, tras eslalon Interminable, e imperial salto de Fer Román para cruzar un balón imposible para Jero. 1-2.

De la inercia del gol quiso aprovecharse el cuatro soriano con centros laterales y córneres. Víctor Ruiz y Sarriegi se encargaron de achicar el agua que amenazaba con inundar la trinchera blanquirroja, escasa de efectivos tras la expulsión directa de Manny por una falta a Muñoz tan peligrosa como involuntaria.

Avanzaba el encuentro sin confirmarse las tablas y con un Numancia que comenzaba a dar síntomas de fatiga en sus intentos de percutir sobre el área de Jero. Terminaron los locales asumiendo el papel de Sísifo empujando la piedra colina arriba para terminar ésta rodando cuesta abajo, una y otra vez, a escasos metros de la cima.

Mientras, Llona vio una oportunidad de oro en el riesgo extremo del rival y sólo tuvo que cambiar piernas para terminar de reventar el partido. Samanes, desfondado, dejó su sitio a la potencia de Córdoba y ahí se comenzó a atisbar el principio del fin para el Numancia. Transición de manual de los riojanos ocupando todos los carriles del campo con Unzueta flanqueado por Córdoba y Diego Esteban. Pase en carrera al vasco para que éste activara la conexión con el segundo palo merced a un pase tenso. Ayensa, rozando el esférico, convirtió lo que era un balón con destinatario incierto en una invitación lacrada que Diego Esteban aceptó gustoso para alojar el esférico en las redes. 1-3 y alegría desbordada en el fondo de los aficionados blanquirrojos.

Tras la jornada 34, la Sociedad Deportiva Logroñés activa la cerradura retardada de la primera de las cajas fuertes, la que aloja en su interior una plaza para la Copa del Rey. Por delante, 12 puntos para deshabilitar cuantas alarmas se presenten en el camino e intentar el asalto definitivo a la cámara acorazada.

Ficha técnica:

C.D. Numancia: Ayensa, Pol, Fer Román, Bonaldo (Cotan, 46’), Rubén Mesa, Íñigo Muñoz (Amorrortu, 70’), Gorka Pérez, Valin, Daniel Rodríguez (Tamayo, 46’), Arranz (Zarzana, 75’), Mario Barco (Carrillo, 46’)

S.D. Logroñés: Jero, Manny, Gexan, Caneda (Monreal, 72’), Víctor Ruiz, Sarriegi, Ortega (Borja Martínez, 59’), Samanes (Ortega, 79’), Madrazo (Diego Esteban, 72’), Ángel Sánchez (Paredes, 59’) y Unzueta.

0-1 (Ángel Sánchez, 17’), 0-2 (Unzueta, p, 21’), 1-2 (Fer Román, 54’), 1-3 (Diego Estebán, 81’)

Árbitro: Álvaro López Parra. Amonestó a Pol, Fer Román, Tamayo y Gorka Pérez por parte local y a Manny, con roja directa, por parte visitante.

Incidencias: Cerca de 300 seguidores de la S.D. Logroñés en el Nuevo Estadio de Los Pajaritos.

SD Logroñés.