NO SE LOS PIERDAN

Si hoy buscan aquí una crónica del partido de la Sociedad Deportiva Logroñés ajustada al canon, puede dejar de leer, gracias. Lo que ocupará las próximas líneas será más una reconstrucción a distancia que una pormenorizada enumeración de acciones y protagonistas. No hubo posibilidad de acercarse a Tajonar y tocó compensar la ausencia con una búsqueda desesperada de red wifi aeroportuaria para seguir el devenir de los blanquirrojos. Todo lo que a continuación se reseña del partido proviene de segundas –o incluso terceras- fuentes y de apresurados resúmenes vía whastappp. ¿Válido? Juzguen ustedes.

A media tarde, llegaban a la lejana localización de este cronista noticias de un inicio galvanizante de la Sociedad Deportiva Logroñés en Pamplona. Las buenas nuevas hablaban de un Córdoba donando un balón franco a Unzueta para adelantar a los visitantes en el primer minuto de juego. El de Abadiño probó -en combo- los reflejos de Valencia y la alianza de éste con el palo izquierdo de la portería. Se quedó en replica lo que apuntaba a madrugador seísmo.

A partir de ahí, los heraldos digitales y redes sociales anunciaban un mayor control del esférico del filial rojillo, pero sin mordiente ni profundidad. Las noticias llegaban telegrafiadas como el envío de Borja Martínez a la carrera por la pradera de Ribeiro. El de Sopela no pudo superar a un engrandecido Valencia, quien negó al vasco cualquier ángulo y siguió alimentando la tozudez del empate frente al mejor desempeño de los blanquirrojos.

Las notificaciones –incluida la lesión de Manny- se agolpaban en la pantalla del móvil señalando todas ellas en una misma dirección: la del dominio de los riojanos de ahí y hasta el descanso.

La vuelta de vestuarios complicó hasta lo indecible el seguimiento del choque en remoto. La tecnología –intermitente en su cobertura- no ayudaba a desentrañar las claves del segundo acto. Huérfano de un relato puntual, el futuro desenlace del partido llegó en forma de aviso de aplicación. Gol en Tajonar.

A Borja Martínez se le había penitenciado por una pérdida en medio campo y su respuesta fue un robo inmediato y una apertura a banda. Allí Córdoba diseñaba desde su particular oficina de envíos uno al segundo palo para que Samanes le diera forma de gol. 0-1

De ahí al final del choque Osasuna Promesas se hizo algo más presente en campo riojano, pero en plena campaña de saldos a la hora de dar salida al balón parado con Linares y Unai Dufur como protagonistas Con ese par de oportunidades agonizó un partido que volvió a mostrar a un cuadro riojano luciendo orgulloso cuántos y cómos.

La Sociedad Deportiva Logroñés anda hoy en día interpretando su idea con virtuosismo y coreografiando su propuesta futbolística con elegancia y solidaridad. Los escépticos del fútbol capitalino –mayoría en la sombra- harían bien en atender aquella recomendación apócrifa que nunca llegó a publicar el New York Time sobre Lola Flores: “no canta, no baila… no se la pierdan”. Hagan lo propio con este equipo y no se lo pierdan. Siguiente oportunidad: el derbi.

Ficha técnica:

Osasuna Promesas: Valencia, Garriz, Dufur, Iker Muñoz, Barbero, Pau M., Eneko (Moreno, 83’), Linares, Ander Yoldi (Jony, 72’), Irurita (Sánchez, 60’) y Osambela (Xabi Huarte., 60’)

S.D. Logroñés: Jero, Sarriegi, Samanes (Castri, 83’), Ribeiro (Emilio, 62’), Unzueta, Monreal, Víctor Ruíz, Borja Martínez, Manny (Paredes, 34’) Gexan y Córdoba (Madrazo, 62’)

0-1 Samanes (55’)

Árbitro: Jaime Ruiz Álvarez. Amonestó a Sergio Moreno por parte local y a Samanes, Sarriegi y Madrazo por parte visitante.

Incidencias: Más de un centenar de aficionados blanquirrojos en las instalaciones de Tajonar.

SD Logroñés